Si el viernes en lugar de un día de la semana fuera una comida, sería un buen puñado de tacos. Color y sabor con doble ración de felicidad.
Si además esos tacos te los zampas en La Picantería y te los pides de cochinita pibil, el placer y la gustera ya es del mil.
¿Conoces la cochinita pibil?
Si hay un plato en la cocina mexicana con historia, ese es la cochinita pibil, un guiso de carne de cerdo deshilachado marinado con achiote.
¿Achio quééé?
El achiote es un colorante natural que se obtiene del fruto del árbol con el mismo nombre, típico de América Central y México. Cuando el fruto madura, sus semillas rojas se mezclan para formar una especie de pasta anaranjada que sirve como condimento en muchas cocinas latinoamericanas, siendo uno de los platos estrella: la cochinita pibil.
Eso sí, la preparación de este plato tradicional solo es apta para pacientes, ya que su cocción es más larga que el campo de futbol de Oliver y Benji.
Originario de la península del Yucatán, este manjar que ha conquistado los paladares de medio mundo y parte del extranjero, se cocina asándose. Pero ojo, no de cualquier manera… El nombre de ‘pibil’ proviene de la palabra maya ‘pib’ que significa asar bajo tierra. En sus orígenes, una vez adobada la carne, se envolvía en hojas de plátano y se colocaba en un hoyo de tierra al calor del fuego. Esa forma tan especial de cocinarla, le da a esta maravilla de carnaca su sabor terroso, ahumado, dulzón y apimentado tan característico.
Esta delicia mexicana es además una mezcla entre la cultura maya y la española, pues hasta la llegada de los españoles a tierras mexicanas, la carne que se usaba en el guiso era de venado, faisán o jabalí. Pero después de la conquista, se reemplazó esa carne por la de cerdo, introducida por los europeos, fieles amantes del gorrino en todas sus variedades.
Si todavía no has probado el inconfundible sabor de este platazo made in México, ya estás tardando. Eso sí, cuidaíto que provoca taquicardia… ¡Cuando huele una esos tacos se le acelera el corazón!
¿Un buen sitio para probarlos en Barcelona en compañía de una michelada o un pisco sour? En el centro de Poblenou: La Picantería del Escribà.
Maria Aguiló 59, 08005 Barcelona
934 61 43 15