¿Quién dijo que ir a Nepal en moto era una locura?
Es domingo y el reloj marca las 8 y veinticinco. El motor de la Yamaha XSR700 empieza a rugir, mientras nos subimos hasta arriba la cremallera de la chupa motera, y nos ponemos los guantes y el casco.
3, 2, 1… ¡Carretera y manta!
Estamos algo locos, sí. Y no solo por el madrugón del domingo. Sino porque si a estas alturas de la película, fuera posible viajar hasta Nepal, probablemente estaríamos por aquellos lares, subiendo cumbres entre banderas budistas de cinco colores, y no escribiendo este post.
Pero como en esta vida, el que no se consuela es porque no quiere, nos vamos de ruta motera por el corazón del Garraf, donde enmarcado dentro de un precioso entorno natural, se encuentra un pedacito del Tíbet: El Monasterio Budista del Garraf.
La Comunidad de Monjes Budistas Sakya tashi Ling, una de las 4 principales ramificaciones del budismo tibetano, se constituyó en 1985 y se instaló en el monasterio en el año 1996 con el fin de aproximar el budismo y su filosofía de vida a todos aquellos interesados en conocerlo.
En el monasterio se puede realizar una visita guiada por el interior del Palau Novella, donde los monjes explican la historia de este palacete modernista que mandó construir Pere Domènech i Grau tras volver de las Américas, así como algunos elementos de la cultura milenaria del budismo.
Pero sin duda, el elemento estrella y monumento budista por excelencia es la Estupa Namgyal, un lugar sagrado y bendecido lleno de energía positiva, que se ha convertido en el centro de las oraciones de todos los que se acercan hasta el monasterio.
Y es que alrededor de la Estupa, hay 108 cilindros o molinillos de oración, esperando a ser recorridos con la mano en el sentido de las agujas del reloj. Para ‘circunvalar’ la Estupa (dar vueltas en torno a ella) hay que mantener un estado mental positivo, pensar en algo que queremos que se haga realidad y estar concentrados en el recorrido. Al girar manualmente cada uno de los molinillos, el viento es quien esparce las oraciones que contienen.
Una gran oferta cultural y espiritual, y un precioso entorno natural, hacen que el Monasterio se convierta en un estupendo lugar de peregrinaje para aquellos en busca de paz y harmonía, o para un domingo primaveral sin planes… ¡Pero sí con moto!
Y es que nuestra ruta motera dominguera por el interior y la costa del Garraf, a pocos de kilómetros de Barcelona, no termina aquí. Todavía nos quedan unas cuantas horas para disfrutar de su parque natural, sus vistas y de algunos de sus pintorescos pueblos…